Hay pensamientos que, sin darnos cuenta, empezamos a creer como si fueran verdades.
No porque lo sean, sino porque los hemos escuchado muchas veces —de otros, o de nosotros/as mismos/as.
Frases como:
“Eso no es para mí.”
“Siempre me pasa lo mismo.”
“No soy suficiente.”
“No puedo.”
Al repetirlas, les damos fuerza.
Y sin querer, construimos una jaula de creencias.
Una jaula invisible. Pero muy real.
La buena noticia es que toda creencia puede transformarse.
Ninguna idea es más fuerte que tu capacidad de cambio.
Lo que hoy limita, puede convertirse mañana en impulso.
Solo hace falta comenzar a mirar con otros ojos… y abrir espacio para algo distinto.
Durante décadas, la humanidad creyó que era físicamente imposible correr una milla (1.609 metros) en menos de 4 minutos.
Médicos, entrenadores y científicos sostenían que el cuerpo humano no lo resistiría.
Que el corazón colapsaría.
Que los pulmones estallarían.
Que era imposible.
Esa creencia se convirtió en una verdad colectiva.
Una barrera invisible, pero poderosa.
Y con eso en mente, nadie lo lograba.
Hasta que un día, en 1954, Roger Bannister lo hizo.
Corrió la milla en 3 minutos y 59 segundos.
¿Y qué pasó después?
En solo semanas, otros también lo lograron.
El muro NO estaba en los músculos. Estaba en la mente.
Y cuando una sola persona se atrevió a cruzarlo, algo cambió en la conciencia de todos.
El límite se derrumbó. La posibilidad se abrió.
Si gustas puedes leer la historia de Roger Bannister y la milla perfecta en este artículo de RunnersWorld o ver el video a continuación:
Es decir, esa creencia que llevas dentro…
esa idea que te dice que no puedes.
Te propongo una pausa.
Un momento solo para ti.
Respira profundo, toma papel y lápiz, una nota en el celular o simplemente reflexiona.
Y con la mayor honestidad posible, responde:
¿Cuál es tu “milla de los 4 minutos”?
Esa idea parece imposible de romper.
Porque lo que se nombra, se puede transformar.
Y lo que se transforma… abre una nueva posibilidad.
Escríbela… o simplemente obsérvala. Solo deja que aparezca.
Y luego, con suavidad, hazte estas preguntas:
No busques respuestas perfectas. Solo abre el espacio.
A veces, una sola pregunta mueve más que mil afirmaciones.
Si sientes que este momento movió algo en ti, preparé un material para acompañarte un poco más.
Es un PDF simple, pero profundo.
Con preguntas suaves que te ayudan a mirar y escribir lo que muchas veces no decimos.
Lo puedes descargar acá abajo, para hacerlo cuando quieras, a tu ritmo, a tu modo.
Solo tienes que completar el formulario —es breve— y el archivo se descargará automáticamente en tu dispositivo.
Una herramienta para pausar … y empezar a escribir una historia diferente.
Estas imágenes muestran el recurso que vas a descargar.
Es un ejercicio práctico para cambiar tu rumbo.
A veces, lo más valioso de un ejercicio no se anota, se siente. Y si quieres compartirlo, te leemos con nuestro mayor gusto. Solo has click aquí.
Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo cierto.
Henry Ford
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Regálate unos minutos para cambiar tus creencias limitantes.