La esencia del Coaching

Para volver a los orígenes y reconocer la razón del coaching, es necesario remontarnos al año 470 a.C. con el filósofo Sócrates, “donde el mundo conoció y vio a su primero Coach Personal” (Brock, 2014). Platón retrató a Sócrates en sus diálogos “como un individuo dedicado al descubrimiento de la verdad a través de un estilo de cuestionamiento y diálogo que hacía dar a luz la verdad que ya existía en el dialogante” (Martinez Ortiz, 2012).

Desde la mirada de (Unikel, 2007): “Sócrates no proporciona la verdad, no cree ni intenta poseerla, es dueño de un método para descubrirla y con ese método es que educa a sus interlocutores. El encuentro de la verdad de cada persona pertenece a su interioridad, en el misterio de su autonomía espiritual; Sócrates lo que hace es facilitarla” a partir de las preguntas.

Es en este sentido que dentro de la famosa frase “solo sé que nada sé” se esconde el hábito de la humildad, pues según Sócrates, solo a partir de la ignorancia se puede buscar el conocimiento” (Martinez Ortiz, 2012). Para graficar este aspecto de la ignorancia del otro (Coachee) y del propio (Coach) le invito a otorgar un porcentaje del 1 al 100 a las siguientes preguntas:

• En porcentaje (%), ¿cuánto puedo decir que me conozco a mí mismo?
• En porcentaje (%), ¿cuánto puedo decir que me conoce alguien muy cercano?
• En porcentaje (%), ¿cuánto puedo decir que me conoce un conocido?
• En porcentaje (%), ¿cuánto puedo decir que me conoce un profesional en desarrollo humano (llámese Coach) con el que tuve un par de sesiones / conversaciones?

Es muy probable que la primera respuesta no sea del 100 % y las demás respuestas vayan de forma descendente, es decir, de más a menos. En ese sentido, si ni siquiera yo mismo me conozco a mí mismo completamente (poseo ignorancia de mí mismo), ¿será posible que alguien que me conoce un par de días me pueda dar soluciones o consejos respecto a lo que debo / tengo que hacer?

Es así que el diálogo socrático se establece como una manera de ser y relacionarse con las personas en busca de apoyo o aprendizaje, donde se tiene como menester el aceptar ‘humildemente’ que no se sabe la ‘verdad’ (por ende no es posible ‘juzgar’ al otro), pero sí se tiene la disposición amorosa de acompañar al otro en su búsqueda, sin ser el protagonista sino un simple compañero de viaje.

Respecto a los consejos estos son grandiosos cuando es posible la objetividad del consejo, por ejemplo, el de un jurista profesional, médico especialista, diseñador de interiores y todos aquellos profesionales en sus respectivas áreas que basan su ‘consejo profesional’ con argumentos y bases observables, medibles, cuantificables. Pero, el interior del ser humanos tiene 0 % de objetividad.

Muchas veces como Coach, se puede pensar que sería maravilloso poder tener un GPS interno con el cual se pueda saber dónde están las respuestas y los recursos, sin embargo, cuando se acompaña el alma humana parecería ser que es como caminar en la oscuridad donde el instrumento que ayudará a iluminar serán las preguntas y sobre todo los poderosos ‘darse cuenta’.

Cuando se practica un deporte una de las primeras tareas es la de ‘rayar la cancha’ respecto a los alcances del mismo, caso contrario la confusión sería imperante. En este sentido, es importante tener claridad sobre los fundamentos de Coaching, así se evitará el caer en confusión con otras ramas que trabajan el desarrollo humano y con la comunidad en su conjunto.

Dejemos de aconsejar, de buscar el dar soluciones a las personas, al mundo y volvamos a conectar con los orígenes y la razón de ser del Coaching… esta es una invitación para convivir, disfrutar, crecer y aprovechar de los peces en su hábitat natural.